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lunes, 6 de febrero de 2017

"EL POZO" (Autora: MARTA MUÑIZ RUEDA)

Todas las noches Eva se asomaba al brocal del mismo pozo para observar las estrellas.
Casi había memorizado la posición de las constelaciones de tanto admirar la Vía Láctea, como si fuera una astrónoma vocacional y el cielo su único destino.
Le sorprendió escuchar voces provenientes del patio de la casa. Hacía años que nadie la pisaba y el aroma a gardenias rojas había abandonado aquella finca que perteneció a su familia de generación en generación. Pero aquella noche todos habían vuelto y celebraban una fiesta como antaño, con guitarras y alegrías perturbando la paz de la montaña. Al fondo, el mar, como un secreto.
La luna llena se reflejaba en el agua como un pez trémulo de plata y a lo lejos Sagitario, Venus, Casiopea, entre un rumor antiguo de sangre y panderetas.
Pudo escuchar, no sin estremecerse, el discreto sonido de unos pasos que se acercaban al pozo como si pidieran permiso. Eva se conmovió al contemplar de nuevo el rostro orgulloso y moreno de Andrés, su amor, su amante. Las mismas cejas de ébano, el perfil romano reflejado en el agua, verde y temblorosa, su aroma de nardo y de jazmín.
Eva, ¿por qué te marchaste? ¿Por qué nos dejaste, Eva? Perdóname mi amor. Te amaré siempre, pero debo seguir mi camino. Mi vida es larga. Voy a tomar a Carmen por esposasusurraba el hombre joven entre lágrimas. Lanzó al agua un clavel y volvió a la casa.
Todo permanecía inmóvil otra vez. Trató de sobrepasar los límites del agua que contenía el pozo pero una fuerza ambigua la retenía y la luna y las estrellas reflejadas se deshacían entre sus dedos como escarcha maldita.
Yo que te amé más que nadie, yo que he vivido en un poema de Cervantes, en un romance de Lorca, ahora no puedo salir de aquí. No puedo escapar, Andrés. Dame tu aliento… Tal vez si alguien vuelve a escribirme y me dibuja…
El padre tapó de nuevo la boca del pozo. La noche se volvió oscura como el vientre de una alimaña. El agua era un frío témpano de plata.
Volvió al interior nadando como una  sirena verde para refugiarse en sus sueños y dio la espalda al mundo, procurando, esta vez, no caerse.


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