Ruidos de sirenas, autobuses, coches, gritos, más gritos....
consejos que no pides, cotilleos...
¿Cuánto hace que no oigo el canto de un pájaro?... ¿Cuánto hace que no
exploro mi interior?
Es imposible, entre ruidos y ruidos, el trabajo, la comida,
los deberes, la cena, duchas de los niños... luego yo intento darme un baño y
relajarme... imposible, ya es la 1 ; una
ducha rápida y a la cama. Es stress encima me hace dormir peor
Me levanto, fumo u cigarrillo, a veces dos... nada, el sueño
me rehúye.
Por fin lo consigo, y después de dormir apenas 5 horas
suena el despertador... y vuelta a empezar. ¡Mierda de vida!
En mi mente hay un único deseo, que pase algo que
revolucione este mundo tedioso que me está asfixiando. Día tras día siento como
me ahogo sentada tras el mostrador de mi
oficina desde donde ni siquiera veo la calle. ¡no lo soporto más! Las mismas
cuentas cada mes: el agua, la luz, la hipoteca…. La desastrosa visa oro….
¡De qué te quejas!, comentario general que me rodea….
Hacer deporte, la única fuga hasta el momento empieza a ser
también rutinaria. ¡Qué hago!
Noche del jueves, sin planes de ningún tipo, ninguna novedad
amorosa, tampoco visos de que nada vaya a cambiar… eso de más vale lo malo
conocido… no es consuelo alguno. Tengo
sueño, me acuesto pronto, y como siempre que me acuesto pronto… me despierto
temprano, qué digo temprano, si aún es de noche. El luminoso del despertador
indica que son las 3.45. ¡Diosss!
En esta ocasión ni lo dudo, cojo un vaso ancho del mueble
del salón, la botella de vodka ( que debe estar añeja). Hielo picado, zumo de
naranja natural…. Allá vamos, nunca
bebo, verás mañana que resaca. Me da igual, hoy todo me da igual, he discutido
con casi todo el mundo, estoy que no me aguanto ni yo…
Segundo vaso de vozca… esto empieza a mejorar… ya no se si
podré levantarme de la silla de la cocina; me empieza a entrar la risa floja
acordándome de esos chistes que cuentan cada mañana en el bar, y que si te digo
la verdad…. No me hacen ni pizca de gracia.
Media hora de risitas flojas precede… a un llanto desmedido
en el que no encuentro consuelo alguno.
El vaso medio lleno de repente está medio vacío y , mi mente
tiene tantos por qué sin respuesta que está a punto de estallar.
Me quedo dormida una media hora sobre la mesa de la cocina,
me despierto sobresaltada. Como un autómata voy a mi cuarto, abro la puerta
central del armario, cojo unos pantalones corsarios, una camiseta ya muy vieja,
un pañuelo palestino para el cuello, zapatillas de deporte, una chaqueta llena
de parches… Vacío el bolso y sin seleccionar su contenido lo meto todo en la
última mini mochila que compré….
Abro la puerta, ni siquiera me llevo la llave…. Toda mi vida
cabe en esa pequeña mochila a la que solo he añadido unos pañuelos de papel…
por si tengo que llorar.
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