Anoche bebimos ¿verdad ?, que manía de ocultar las manías, que absurdo tapar los cristales con cortinas para que la luz no traspase el umbral de la sordidez. Anoche bebimos, ¿cierto ? y hablamos y dijimos tantas palabras sueltas que atándolas todas en hilera da como resultado un cuento irrepetible de confidencias-escombro.Observé mi mano huesuda extenderse hacia tu espalda, parecía independiente de mi cuerpo, volaba sola, dirigiéndose aplicada hacia el altar que conforman tus hombros. Anoche bebimos, ¿puede ser? y el blanco de tus ojos no se alteró, permaneció paciente, luminoso y triste, detuviste mi mano trepadora en el aire, no dejaste que tocase el hoyuelo de tu barbilla pero si permitiste a nuestros dedos engarzarse y es tan importante el gesto ¡¡¡¡. Anoche bebimos, ¿si? y nos suplicamos un reconocimiento, un placebo apátrida, ausente y recóndito como una concha-galápago sepultada en la arena.
"permaneció paciente..." qué bonito...
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