( Relato de Alejandro Aller)
Me cogí de la falda de Martes, poniéndole ojillos de niño chico para que no me suelte.
Harto de la falda larga de horribles colores estampados de Lunes, que no me dejaba separarme y me ha tratado como suele tratar Lunes, tirando de mi cuando quería quedarme, obligándome a estar cuando me quería ir, ya sabéis, cuando toca Lunes... se acaba lo que malcría Domingo entre sus faldas, tan cálidas como el regazo de la abuela.
Martes, que se pone la minifalda ajustada, con esas aberturas a los lados tan sexys que siempre lleva Sábado, la cambia a media mañana por la falda arrogante y llamativa de Miércoles, a media tarde la picarona falda de colegiala de Jueves y al caer la noche... se pone esa de cuero negro ceñida, que tan bien le sienta a Viernes... y ya no parece Martes, aunque antes de acostarse se pone por una hora, esa espantosamente larga falda de Lunes.
Como si no tuviese falda propia, o quizá sea así de original Martes.
Me gusta Martes.
(http://trocitodenemonio.blogspot.com.es/)
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