Cuando Sergio vio el vídeo Bastille de Isabel Coixet, del largometraje Je táime, decidió querer a su hijo. Quiso quererlo. Por la noche, cenando un fresquito gazpacho andaluz, le dijo: "Vicente, a partir de hoy voy a quererte". Vicente le volvió a sonreir, como siempre hacía cuando su padre se dirigía a él. Y pensó: "¿Cuando se dará cuenta este padre mío que llevo cinco años sordo?"
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