Despierto en otoño,
siendo invierno.
Despierto abrazado
al deseo que desgasta mis huesos; imaginando una vez más mi sombra aunada a la
tuya, arraigada en tu mirada, dueña de la melancolía que enamora al que sueña.
Despierto y comulgo con el seísmo de cada uno de mis afanes, en ti, en el acto divino de tu existir, que extasía mi alma mientras te veo amanecer en los grises del anticipado alba.
Despierto y la esencia compungida del solitario enamorado que vive solo de quimeras, se recrea en un otoño pasado, donde tú presencia no existe, y aún existes en lo más profundo de mí.
Despierto en otoño,
sigue siendo invierno.
Muy lindo Erika, te felicito, escribir no algo fácil, te admiro por eso.
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