lunes, 7 de marzo de 2016
"EMPRESARIO DEL CARTÓN" (Autora: CONCHA LUCAS)
Solo pido que no llueva.
Hay que ver qué difícil se nos pone las cosas para conseguir un mínimo beneficio. Y es que noviembre es una época dificilisima para los negocios...la gente ahorra para navidades, acaba de acabar la vuelta al colegio, y con este frío no hay nadie por la calle.
Y luego está el tema del comercio exterior, la competencia cada vez mas cercana, mas numerosa, y mas forastera, que al final a los de aquí no nos dejan ni un hueco para podernos defender….
No se si hoy va a llover...ayer dieron lluvia pero para después del miércoles...hoy todavía no tocaba, eso dijo la radio.
He procurado repasar todos mis recursos comerciales para no cometer ningún error, para poder llevar a cabo mi proyecto de la manera mas eficiente posible, y así conseguir la mejor optimización de recursos...creo haber cuidado hasta el mínimo detalle...un mensaje claro, directo, sin ambigüedades que distraigan la atención,..una exposición clara de mis objetivos y una creo que acertada elección de mis méritos para conseguir ser distinguido entre otros…
Así mismo he tratado de gestionar sin fisuras el material informativo, el que va a ayudarme a canalizar la atención del público hacia mi objetivo.
Y el enclave de mi proyecto, mi lugar desde donde poder ejercer mi actividad económica, para lo que he tenido que estudiar la fluctuación poblacional en ese territorio urbano, el rango demográfico que lo recorre, la posibilidad de influencia en el mismo con mi mensaje...creo no haber olvidado ningún detalle.
Llevo mucho tiempo estudiándolo, creo que es posible obtener la mayor rentabilidad y operatividad de este ejercicio económico. He estudiado otros similares, incluso en esta misma ciudad, y todos ellos carecen de algo que yo estoy seguro que contemplo.
Hoy es el día clave...mi primer día, para comprobar si efectivamente todos mis estudios van a resultar operativos...los negocios tienen que estar siempre atentos a los cambios de estrategia e ir con los tiempos, estudiándolo todo. Cualquier fallo puede ser fatal...en fin, la suerte está echada...he llegado a mi nuevo lugar de trabajo a partir de ahora...lo ocupo expectante.
El escalón de la zapatería está frio, no había caído en ello, bueno, mañana traeré un periódico para sentarme encima...y extiendo ante mi el reclamo de mi proyecto, el cartón que me anuncia: “español, necesito ayuda”.
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