Era
el gran día, su gran día. Le iban a entregar, por fin, un galardón por su buen
y eficaz trabajo al frente de una gran empresa. Solo que...estaba solo, sin
nadie a quien preguntar sus dudas, nadie a quien contar sus penas, nadie a quien
convencer para hacer cosas prohibidas, nadie a quien reclamar. No estaba acostumbrado a ser ... nadie. Allí
no había más que otros exitosos y poderosos compañeros que tal vez, o no, se
alegraran de su triunfo. Allí era un hombre exitoso, pero uno más, nada
especial.
Siempre
hubo alguien a quien mandar, a quien ordenar, a quien humillar. De pronto se
dio cuenta que ser nadie era muy triste, su mundo de poder no había dejado
tiempo ni espacio para ver y oir, para sentir y escuchar, para notar y percibir
que la vida era el otro lado.
Sus
sueños infantiles plagados de trenes lentos y ruidosos, de campos y prados
llenos de flores y cardos, de perros con carrancas y corderillos torpones, de
abejas zumbonas y miel espesa, se le arrojaron de pronto y le apisonaron, le
vaciaron de sentido su momento de gloria.
Al
final con mucho dinero, con mucho éxito no tenía con quien compartirlo, ni a
quien ofrecerlo, ni a que dedicarlo. Lo único que le sobraba era eso y tiempo
de ser un gran empresario.
Llegaba
el momento, tenía que subir al estrado a dar el discurso de su vida, a agradecer a todos aquellos acompañantes su
presencia y su voto y extendió el papel en la mano, lo arrugó y comenzó su discurso: “quiero dar las gracias
a todos por su presencia, porque a los ausentes tengo que ofrecerles disculpas,
quiero dar las gracias por el premio y renunciar a él, porque me siento como
una mariposa enjaulada que no es capaz de abandonar la seguridad de su
crisálida, quiero darles las gracias por liberar en mi ese sentido que tenía
aprisionado en su agujero y que me ha dado la fuerza para explotar y soltar la
mariposa y liberar el alma de sus barrotes. Hoy me siento por fin
desenjaulado”.
Y se
fue de allí, silbando y saltando con el alma libre y los sueños de colores,
hacia la libertad, hacia el infinito destino de su realidad. Ya encontraría
momentos para construir su nueva realidad. Ahora solo quería ser libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario